Primer sabor de Islandia. La travesía,
aunque con mar tranquilo,
estuvo acompañada por una lluvia constante …
¡Y las previsiones meteorológicas islandesas
no transmitían muchas esperanzas!
Y de hecho, de forma puntual tuvimos
que utilizar los trajes de lluvia ya en el ferry…
Desde el desembarco en Seyðisfjörður,
y durante casi dos horas,
un cielo que nublaba la vista
y una lluvia insistente
nos permitieron únicamente imaginar
los lugares por los que estábamos pasando.

No podía faltar una visita al museo
de los tiburones, situado en una granja
que tiene como actividad principal
preparar y tratar carne de tiburón
con el fin de eliminar las toxinas
y después dejarla secar.
El plato de carne de tiburón, llamado «hákarl»,
es un plato tradicional islandés.
Para prepararlo se utiliza la carne
del tiburón de Groenlandia,
cuando es capturado junto con otros peces.

La superficie de la carretera
por la que hemos podido viajar
a una buena velocidad media era óptima.
El único peligro eran las ovejas que,
asustadas por el ruido de las motos,
cruzaban repentinamente la carretera.
Al final el sol se dejó ver un poco y pudimos
contemplar mejor la vegetación
de esta península con granjas blancas
cerca de los acantilados.
Las ovejas, diseminadas por todas partes,
se agazapaban en la hierba
para protegerse del viento.